Una de las fotos más significativas de Leamsy Salazar (su nombre viene de escribir Ismael al revés) es la que le presenta justo detrás de Hugo Chávez y Diosdado Cabello, ellos de cara y él de perfil, con la oreja en primer plano, entre quienes eran número uno y dos del país. Salazar vio y oyó muchas cosas como jefe de seguridad y ayudante personal de los dos.
De 40 años y capitán de corbeta (rango similar a mayor o comandante), Salazar tuvo una temprana vocación militar.
Nació en Caracas en 1974 e ingresó en la Academia Naval, de la que se graduó en 1998. Tras un año de especialización en Infantería de Marina fue destinado a la base naval de Punto Fijo, en la península de Paraguaná.
Como revela Emili J. Blasco en ‘ABC‘, cuando Chávez tomó posesión como presidente del país, a comienzos de 1999, quiso conformar la guardia de honor presidencial con los mejores jóvenes militares de cada promoción.
Así que los primeros de las dos últimas promociones, dos por arma, fueron convocados y Salazar resultó seleccionado. No sólo se ocupó de la seguridad del presidente, sino que también hizo labores de asistente personal.
En 2002 se produjo la forzada salida de Chávez del poder, en una crisis que duró tres días, a consecuencia de las grandes protestas organizadas por la oposición política y el sector económico.
Restituido Chávez, Salazar pidió dejar la Casa Militar presidencial y se marchó a un curso de operaciones especiales.
El destino volvió a cruzarle con Chávez en 2006 en el Desfile de la Armada. En una exhibición sobre el lago de Maracaibo, Salazar fue el encargado de lanzarse desde un helicóptero para caer al agua y poner un explosivo.
Cuando al final del acto Chávez dio la mano a los protagonistas de la demostración de inmediato reconoció a Salazar, y le pidió al ministro de Defensa que lo volviera a destinar al Palacio de Miraflores. Allí estuvo con Chávez hasta que este falleció. En 2013, en lugar de pasar a servicio del nuevo presidente del país, Nicolás Maduro, Salazar marchó con Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, a requerimiento de este.
En un avión especial
Todo indica que a mediados de 2014 la alarma de Salazar había crecido por presuntas represalias cometidas contra algún compañero que, como él, había visto demasiado. En diciembre solicitó permiso para casarse y marcharse de viaje de boda, y se ausentó del país.
De la mano de la Administración para el Control de Drogas (DEA) estadounidense y a la espera de tener permiso de entrada en EE.UU., estuvo en un par de países, el último de ellos España. Después de permanecer varias semanas en Madrid el lunes voló a Washington, acompañado por agentes de la División de Operaciones Especiales de la DEA, que fueron a recogerle en un avión especial.
Con él también se desplazó su esposa, que también abandonó Venezuela sin previo aviso. Salazar tiene un hijo de un anterior matrimonio. Confía en que el Gobierno chavista no tome represalias con su familia, residente en Venezuela.