El diputado venezolano Diosdado Cabello, uno de los hombres más importantes del chavismo, aseguró durante estas últimas horas que al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que estuvo en Caracas 48 horas invitado por la oposición, se le permitió entrar en Venezuela para que hiciera «el ridículo». (Así amenaza el narco chavista Cabello a Albert Rivera ¡enseñando su desnudo!).
El también vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) indicó que aunque la semana pasada había asegurado que Rivera sería expulsado al llegar al país, cambiaron de opinión y decidieron «permitir que hiciera el ridículo y lo hizo muy bien». ( Rivera agita en Venezuela el ‘monedero’ de Podemos… ¡y sale Maduro echando pestes).
«Yo dije la semana pasada que no lo debíamos dejar entrar, pero yo me fui con una preocupación y nos preguntamos qué haría Chávez, y llegamos a la conclusión de que el comandante Chávez lo hubiera dejado entrar para que hiciera lo que vino a hacer, porque él vino a hacer el ridículo y pasó con buena calificación»,
insistió.
A juicio de Cabello, Rivera viajó a Venezuela para hacer campaña por la presidencia del gobierno español pero, dijo, «se fue sin pena ni gloria».
«El venía para acá a tomarse la foto porque están en campaña, porque esto es una locura, hay elecciones en España y vienen a hacer campaña aquí»,
indicó Cabello. (El maduro discurso de Albert Rivera en Venezuela que hace perder la chaveta a Podemol ).
El líder de Ciudadanos concluyó este miércoles 25 de mayo de 2016 una visita a Caracas que inició el pasado lunes invitado por la oposición venezolana, en la que intentó, sin éxito, visitar a los opositores Daniel Ceballos, Antonio Ledezma y Leopoldo López, todos acusados de distintos delitos contra el Gobierno, los dos primeros bajo arresto domiciliario y el último en una prisión militar. (Albert Rivera pasa los controles chavistas y entra en Venezuela desafiando al tirano Madurov).
Rivera afirmó en una sesión especial de la Comisión de Exteriores del Parlamento de Venezuela que evidenció una «triple crisis» en este país: humanitaria, de derechos políticos y de seguridad.