EL HOMBRE Y EL CLIMA

¿Ayudaría a salvar el Planeta Tierra ponerse a dieta y comer menos carne?

Comer menos carne y ponerse a dieta. Todos. Sin excepción.

La crisis climática ha alcanzado tal dimensión y rapidez –2019 encadena máximos de temperaturas mes a mes mientras se suceden olas de calor y sequías– que ya no basta con fijarse solo en un sector para intentar dejar el calentamiento dentro de unos límites manejables.

No será suficiente con reducir o suprimir del sector energético los gases de efecto invernadero, que según la mayoría de los científicos están detrás del cambio climático.

Hacen falta transformaciones profundas en otros sectores como el de la producción de alimentos mundial y la gestión de los suelos, y también en las dietas.

La conclusión del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU es solemne: nuestros hábitos alimenticios pueden salvarnos o abocarnos hacia un desastre medioambiental sin precedentes.

Los datos hablan por sí solos. Los 107 expertos que han elaborado el documento advierten que el 37% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se producen a partir de la producción mundial de alimentos; el 23% proviene de la agricultura, la deforestación y los incendios forestales.

Además, se derrocha entre un 25 y 30% de la comida que se produce en el planeta, que es responsable de un 10% de las emisiones globales.

Para lograr los objetivos de los Acuerdos de París, en el año 2050 no deberíamos consumir más de 300 gramos a la semana en nuestro país.

Es decir, dos hamburguesas medianas en siete días. Mientras que la carne no es necesaria para vivir, el ser humano no puede aguantar más que un par de días sin beber agua. Y este recurso, advierte, no lo estamos cuidando.

La desertificación puede ser una de las peores consecuencias que sufra el planeta y, por ende, el ser humano.

«El cambio climático va a producir disputas, por lo que digo de que sin agua nadie puede vivir. Nadie. Se hablaba de las famosas próximas guerras por el agua, por supuesto. Porque por agua mataríamos, eso es evidente».

Tras la publicación del informe, los ecologistas explican que, el ciudadano de a pie, tiene un alto grado de responsabilidad: el mero hecho de elegir qué comer afecta de una manera u otra en la lucha al planeta.

«Nos están diciendo: señoras y señores, hay que cambiar la manera que tienen ustedes de alimentarse si queremos mantener la temperatura global de la Tierra».

«Esto lo podemos hacer ya. Mañana mismo cuando vayamos a hacer la compra».

La dieta ideal para combatir el cambio climático La ONU nos pide que, a partir de ahora, pongamos especial atención a nuestro menú.

El ideal, según el ecologista de Greenpeace, es aquel compuesto por ingredientes vegetales, «con más frutas y verduras», con cereales y semillas.

Más que dejar de comer carne, la clave está en reducir su consumo y comprando «productos animales procedentes de pequeñas explotaciones, más sostenibles, ecológicas y de cercanía». Además, repensar la manera en que se producen y consumen los productos alimenticios ayudaría a disminuir el número de personas con sobrepeso (2.000 millones) y de individuos malnutridos (un total de 800 millones) en todo el mundo.

 

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Los vídeos más vistos

Lo más leído