El líder opositor Henrique Capriles califica de “fraude” la jura del vicepresidente
El príncipe de Asturias representó este 8 de marzo de 2013 a España en las exequias por la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez, pero no se quedó durante la ceremonia de la toma de posesión del anterior vicepresidente Nicolás Maduro, a diferencia de otros mandatarios.
Desde 1995, Don Felipe ha asisitido a 63 investiduras de mandatarios iberoamericanos, pero esta ha sido la primera vez que acude a las exequias de un presidente cuya toma de posesión también presenció.
El Gobierno de Mariano Rajoy había decidido dar el máximo nivel a la representación española en el funeral y envió al Heredero de la Corona acompañado por el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Jesús Gracia, la misma delegación que suele acudir a las tomas de posesión.
Con corbata negra, camisa blanca, traje azul marino y el rostro grave, el Príncipe representó a España en la larga ceremonia, que duró tres horas, pero no se quedó.
Y si hay que hacer una interpretación del gesto, a falta de ‘explicación oficial’, la más lógica es que se ausentara porque esa toma de posesión era contraria a la propia Constitución de ese país.
Laa Constitución venezolana, en el artículo 233, precisa que «la falta absoluta del presidente» acarreará la convocatoria de elecciones si se produce durante los primeros cuatro años de mandato.
En el caso de que se tratara en los dos últimos de los seis de la legislatura, es el vicepresidente el que asume la Presidencia.
Según esto, sería el presidente de la Cámara de los Diputados, Cabello Diosado, quien tendría que tomar el timón de la convocatoria de elecciones.
El gesto del príncipe puede interpretarse como un no reconocimiento al nuevo poder adquirido por Nicolás Maduro, antes de que unos comicios generales avalen al que será nuevo presidente de Venezuela.