Yo no luché hoy contra un candidato, luchamos hoy contra el uso de todos los recursos públicos, el abuso de todas las instituciones, todo lo que significa el poder
Henrique Capriles lo tiene claro:
«Yo no pacto con la ilegitimidad, con aquellos que considero ilegítimos, que han obtenido un resultado que anunció el CNE sobre la base de estas incidencias de hoy».
El líder opositor muestra un listado de más de 3.200 irregularidades y ratifica que no reconocerá el resultado electoral hasta que no se abra cada caja y cada voto sea contado.
«Yo soy un demócrata convencido (…) el pueblo hoy se expresó y el resultado no refleja la realidad del país. Quiero que la verdad se conozca y o haremos todo para que así sea», sentenció. Señor Maduro, si usted antes era ilegítimo, ahora estas cargado de más ilegitimidad. Usted sabe que este es un Gobierno mientras tanto, y voy hacer todo lo que este a mi alcance en el marco de la Constitución, en el marco del profundo amor que le tengo a Venezuela para que cambie».
«Aquí no nos van a confundir, ni nos van a tratar de colocar en una posición distinta a la que tenemos. La voz del pueblo es sagrada».
Señaló que al hablar con el Gobierno, sólo le notificaron que tenían un conteo distinto al expresado en la noche de este domingo y que, en aras de la paz, exigían una auditoría.
«El gran derrotado de esta noche es usted y su Gobierno», le dijo a Maduro.
«Aquí la foto del país es otra, y respeto al pueblo que votó por la otra opción, pero exiijo respeto al pueblo que votó por nosotros. El país está en dos mitades».
EL RECUENTO ‘OFICIAL’
Oficialmente, el sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, ha ganado las elecciones presidenciales de Venezuela por los pelos. Sin embargo, ahora se enfrenta a las protestas de la oposición, las críticas internas, además de una serie de desafíos económicos y políticos.
El triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del domingo 14 de abril de 2013 en Venezuela fue celebrado, como ya es costumbre en el chavismo, en el palacio presidencial de Miraflores, aunque con menos simpatizantes que en otras ocasiones y hasta aire de tristeza por una victoria «pírrica«.
Caras tristes y rostros de fastidio dentro de Miraflores contrastaban en la noche del domingo con el baile y la celebración de la calle al ritmo de las canciones que alegraron la campaña de Maduro y el sabor del alcohol prohibido por la ley seca, en vigor desde el viernes, debido a las elecciones.
Maduro, candidato del chavismo tras la muerte el pasado 5 de marzo del presidente Hugo Chávez, logró 7.505.338 votos, el 50,66%, y superó por 234.935 al candidato de la oposición, Henrique Capriles, que obtuvo 7.270.403, el 49,07%, según informó el Consejo Nacional Electoral (CNE) con el 99,12% de los votos escrutados.
«Hoy me siento orgulloso porque hemos dado una batalla más, pero esta es una victoria del pueblo chavista y revolucionario», dijo el secretario general de la Federación Unitaria del Transporte, Richard Mambel que fue al palacio a celebrar y se mostró muy molesto con los que, aseguró, «traicionaron» a la «revolución bolivariana».
El sindicalista reclamó que la diferencia fue poca por culpa de quienes no tuvieron en cuenta que tenían «una deuda con el comandante» Chávez.
«Hoy, aunque sea una pírrica victoria, la vamos a administrar como es debido y vamos a seguir llevando este país a donde tenemos que llevarlo».
El balcón del pueblo en el palacio de Miraflores, ese desde el que el Chávez cantaba el Himno Nacional cada vez que obtenía un triunfo, se mantuvo cerrado pues el ganador de la jornada electoral habló al pueblo chavista desde una tarima desde donde les dio las gracias.
En las pasadas elecciones del 7 de octubre cuando Chávez y Capriles se midieron, el líder bolivariano obtuvo el 55,5% de los votos sobre el opositor que logró el 44,39% del apoyo y entonces los chavistas abarrotaron Miraflores y las zonas cercanas, esperaron que el presidente apareciera en el balcón y junto a él cantaron el himno.
«Creo que prevaleció la realidad: Chávez ya no está. Sin duda por eso no pudimos arrasar, Chávez hubiese arrasado otra vez», dijo Gloria Hernández, un ama de casa que aseguró que ahora el Gobierno de Maduro debe tener una propuesta de unificar al país «una patria para todos».
Las puertas de Miraflores no se abrieron hasta un par de horas antes de que el CNE anunciara los resultados y el ambiente en los alrededores de la sede de la Presidencia lucía tenso ante la tardanza de la información.
Seguidores motorizados rodeaban la zona, iban y venían, cargando con botellas de bebidas alcohólicas a la espera del anuncio y después de que se difundiera el nuevo triunfo del chavismo, el ambiente, más relajado, dio paso al baile y a la celebración, pero eso si, siempre fuera del palacio sagrado donde Chávez vivió.
«Ese balcón, ese es el puesto de Chávez, me imagino que de ahora en adelante siempre estará vacío», señaló Hernández.
Un país polarizado
Capriles, por su parte, se ha negado a reconocer los resultados y ha asegurado que su equipo tenía una lista de 3.000 irregularidades y sostuvo que no se midió ante Maduro sino contra el aparato del Estado venezolano.
«Yo no luché hoy contra un candidato, luchamos hoy contra el uso de todos los recursos públicos, el abuso de todas las instituciones, todo lo que significa el poder, y eso lo sabe el señor al que hoy le anunciaron un resultado que lo coloca por encima de nosotros con una diferencia muy pequeña».
Una disputa electoral prolongada podría causar inestabilidad en un país profundamente polarizado con las reservas más grandes del mundo de petróleo.
La ajustada victoria de Maduro ofrece un comienzo poco auspicioso para la transición del «chavismo» hacia una era post-Chávez, y plantea la posibilidad de que pueda enfrentar a los más críticos dentro de la coalición izquierdista con el presidente electo.
El estrecho margen que logró Maduro fue un shock para muchos fervientes partidarios de Chávez, que se habían acostumbrado a sus victorias electorales de dos dígitos durante sus 14 años de gobierno.